Sí, alguna vez fue prohibido que las mujeres participáramos en los maratones. Los cortos de mente querían mantener cautivo al Cromosoma Pixie.
El miedo es uno de los principales medios usados por muchos para ganarse la voluntad de las personas y cortar de raíz aquello que les parece diferente, el perfecto mecanismo de control que en ocasiones raya lo absurdo para erradicar el impulso de quienes simplemente quieren salirse de los esquemas.
"Porque tu sabes, una actividad intensa significaría que se te pueden poner las piernas grandes, crecer el bigote, crecer el vello en tu pecho, y que tu útero se va a caer", declara Kathrine Switzer en este vídeo que les comparto y a través del cual ella recuerda cómo con historias tontas querían matar su deseo de participar en el Maratón de Boston, evento deportivo en donde no había corrido con dorsal ninguna mujer durante 70 años.
Aunque parezca increíble y hoy sea de lo más normal que una mujer corra o se dedique a la actividad física que ella elija, hace unas cuantas décadas era prohibido con todas sus letras para aquellas que insinuaran hacerlo, incluso este vídeo lo muestra claramente, cómo a Kathrine la intentó sacar a la fuerza un juez de la competencia, algo que actualmente nos parecería inaudito.
Pero ella resistió a pesar de todo y la apoyaron su novio junto con otros participantes, quienes la acompañaron e impulsaron a seguir adelante. Sé que a muchos los conmoverá esta historia, conmigo sucedió, pues en un instante se cae en la cuenta de que a pesar de que hemos avanzado en algunas cosas, la sociedad puede de muchas maneras ser cruel y esclavizar la mente de las personas, su individualidad y su deseo de conquistar sus metas.
Dedico esta entrada a todas aquellas guerreras que se esfuerzan cada día por practicar un deporte, correr, jugar fútbol, nadar, cualquiera que sea, a todas las que también fuera de una cancha luchan en su vida diaria por alcanzar sus proyectos. Además, a los hombres que cuentan con la madurez e inteligencia suficiente como para dejar que sus compañeras se desarrollen, sin supeditarlas a miedos absurdos o inseguridades.
A vos Daniel Trujillo, gracias por dejarme crecer y apoyarme para que pueda ser mejor persona.
Roxana Rosales
cromosoma pixie